lunes, 28 de agosto de 2023

PINTURA, CIENCIA Y MUCHO ARTE CAPÍTULO 1: "LA PIEDRA DE LA LOCURA"

  La falta de cultura científica, una piedra en el camino de la sociedad actual

Pseudoterapias, conspiraciones, negacionismo… las explicaciones simplistas y sesgadas desplazan progresivamente al método científico convirtiéndose en la famosa "piedra de la locura" que aparece en la obra de artistas como El Bosco o van Hemessen. 

   Aunque durante muchos años he intentado evitar la capital para escapar de alguna forma del tráfico, el caos y el ajetreo característico de las grandes ciudades, poco a poco he ido encontrando motivos que pueden justificar una visitilla esporádica: el Rock 'n' Roll Madrid Marathon, el barrio de las letras, el rastro, los estantes de vinilos de "la Metralleta", las tapas del Tigre, Lavapies, sus restaurantes étnicos y su Iglesia Patólica, las librerías de segunda mano de la cuesta de Moyano, el bacalao en "Casa Revuelta" y por supuesto, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Museo del Prado, han acabado por darle a Madrid ese encanto que no terminaba de verle. 

El vértigo de enfrentarse una vez más a Madrid

   Precisamente el Museo del Prado es casi, casi ya una parada obligatoria cada vez que paso por Madrid, y aunque ya son varios los ratitos que he echado dentro, en cada visita he acabado por encontrar algo nuevo que me llamase la atención. Sin desmerecer para nada el espectacular "Jardín de las delicias" de El Bosco, la obra de Goya, Velázquez  o El Greco, que me parecen simplemente inconmesurables, en este post voy a poner sobre la mesa dos de los cuadros que más me han llamado la atención por el trasfondo que encierran. Curiosamente los dos llevan el mismo nombre, me refiero a "La extracción de la piedra de la locura" una de las representaciones se atribuye a Jheronimus van Aken, conocido como El Bosco y la otra a Jan Sanders van Hemessen.

«El cirujano» o «La extracción de la piedra de la locura». Jan Sanders van Hemessen

   La imagen en cuestión es una representación irónica y crítica de un procedimiento bastante popular en el pasado. Si nos fijamos en la obra de El Bosco, la escena muestra una operación quirúrgica en la que un médico, de dudosa reputación, retira un fragmento de piedra que, enquistada en la cabeza de algún pobrecito, se pensaba que ocasionaba un serio problema neurológico. Parece ser que, en el pasado, estaba muy asentada entre la población la creencia de que la locura era ocasionada por este pedazo de roca y la curación del enfermo pasaba por practicar una lobotomía casera para su retirada

   Se observa en el cuadro como el pintor tiene un extraordinario cuidado en los detalles: el falso cirujano luce un embudo en la cabeza, una alegoría clara a su falta de profesionalidad y a la estupidez humana que demuestra la escena; el paciente muestra la bolsa del dinero atravesada por un puñal, símbolo de que está siendo víctima de una estafa; un fraile cargado de vino y una monja con un libro en la cabeza asisten impasibles a la operación, dejando en evidencia la superstición y la ignorancia que el clero ha mostrado durante siglos en cuestiones científicas.

La extracción de la piedra de la locura. El Bosco

   La escena, que es considerada una crítica del autor a la falta de conocimiento y credulidad humana características de la Edad Media (un periodo oscuro y nefasto para la ciencia en occidente) puede ser utilizada igualmente, como pretendo hacer yo ahora, para reflejar el serio problema al que la sociedad actual se enfrenta por la falta de rigor y criterio científico que comienza a proliferar entre la ciudadanía. 

   La sobreexposición en los medios de comunicación y las redes de charlatanes, patanes interesados y pseudodivulgadores sin la formación mínima necesaria y, en líneas generales, la desinformación a la que nos conduce el exceso de información mal gestionada y de escasa rigurosidad científica con la que nos inundan está provocando un serio problema en nuestra sociedad con la aparición de creencias, mitos, ideas y prácticas peligrosas, en el mejor de los casos solo para el bolsillo.La homeopatía, el terraplanismo, las teorías negacionistas y conspiracionistas, las dietas milagro, la astrología y el tarot, los tratamientos milagrosos frente el cáncer, la orinoterapia, y una larga lista de estupideces varias son la "piedra" que está provocando la locura a la que se enfrenta la sociedad actual. 

Obra realizada en 2017 por NSN997 en la Calle Palacio Valdés (Salamanca)

    Aplicando todo esto al momento en el que vivimos, la pandemia recientemente superada nos ha mostrado que, en líneas generales, ciencia y sociedad no van frecuentemente de la mano. Existen muchos problemas que dificultan seriamente esta relación. Por un lado los científicos no son capaces de transmitir de forma sencilla y asequible sus trabajos y avances; la población no encuentra atractiva la ciencia y se desmarca de ella, este alejamiento acaba generando desconfianza y esta desconfianza se ve incrementada por los mensajes desafortunados de políticos, medios de comunicación, charlatanes, mercachifles, cuñados y "pseudoexpertos" que aprovechan el altavoz que les ofrece las redes para lanzar sus opiniones y sus teorías e intoxicar la mente de una, cada vez más, confundida y crédula, población.




   ¿Existe un medicamento que pueda combatir este problema? Efectivamente. Con sus pros y sus contras, con las limitaciones obvias que ofrece su propia naturaleza y definición, con el margen de mejora que permiten los progresivos avances en investigación, el método científico, bien utilizado, permite alcanzar un nivel de cultura científica adecuado para contribuir al progreso y mejora de la calidad de vida humana, evitando situaciones tan bochornosas como las mostradas anteriormente

Etapas del método científico

   Para hablar de ciencia, del método científico y de la necesidad de una cultura científica sólida en la sociedad actual, traigo a este blog el trabajo de dos de mis alumnas de la asignatura de "Cultura Científica" de 4º ESO de este curso. El  siguiente artículo apareció en la edición de julio del periódico local "Viva Conil" el cual nos ofrece la oportunidad de divulgar mensualmente un poquito de ciencia y tratar con ello de frenar esta pandemia de "infoxicación" que está causando estragos en la población.

Paula y Lucía, autoras del artículo

   La ciencia es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.

   Los progresos médicos y tecnológicos generados por los sucesivos avances científicos a lo largo de la historia han sido el motor de desarrollo de la especie humana. La eliminación de temores y supersticiones, la compresión del mundo natural y social, así como la adquisición de una cultura general y un espíritu crítico, son argumentos indispensables en un mundo fuertemente influenciado por los medios de comunicación y los intereses políticos. Sin embargo, ¿hasta qué punto somos conscientes de la importancia que tiene la ciencia en nuestras vidas? 

   En el pasado, el uso de la razón como mecanismo de respuesta a los múltiples interrogantes que nos rodean ayudó a descifrar la verdadera relación entre la vida humana y la naturaleza, derribando de esta forma el desconocimiento y superstición que imperaba en la antigüedad y propiciando el nacimiento de un vínculo enormemente beneficioso para el progreso de nuestra especie.

Pieter Huys. "La extracción de la piedra de la locura"

   La demostración del comportamiento de dos cuerpos sólidos en caída libre, realizada por Galileo Galilei en el siglo XVI, supuso un hito en la historia, dando inicio a la ciencia experimental moderna y a sus innumerables descubrimientos: los rayos X, el electrón y la radioactividad permitieron nuevos tratamientos y pruebas de diagnóstico; La teoría de la relatividad y la mecánica cuántica revelaron un nuevo mundo y permitieron comprender el átomo, el sol y las estrellas; La velocidad del caballo fue sustituida por la de la luz, la combustión por la fusión nuclear, la fuerza bruta por el diseño tecnológico y el aislamiento geográfico por la eliminación de las distancias terrestres. La Biología, que hasta ese momento se había centrado en lo visible, abrió los ojos en el siglo XVII a dimensiones increíblemente pequeñas, permitiendo entender el funcionamiento de la célula y el comportamiento de los microorganismos responsables de las, hasta ese momento misteriosas, enfermedades infecciosas.

   Pero comprender con exactitud toda esta complejidad exige una elevada dosis de esfuerzo intelectual que no todo el mundo está dispuesto a realizar y esto es, en parte, lógico, puesto que, sin una formación específica, el vocabulario técnico puede volverse indescifrable y la rigurosidad científica en un aburrido e imposible discurso, sin atractivo ninguno para el ciudadano.

   Sin un canal de comunicación eficaz entre científicos y sociedad, la ciencia puede ser tergiversada y aprovechada de forma interesada para el beneficio de unos pocos. Las respuestas sencillas, edulcoradas, intrigantes o populistas que nos ofrecen algunos medios de comunicación, nuestros políticos o a través de las redes sociales cualquier vulgar creador de contenido, muchas veces sin la formación mínima requerida para ello, suelen ser suficientes para dar por satisfechas nuestras limitadas ansias de conocimiento, y esto es un problema y un error enorme pues puede acabar generando una pandemia de "locura" generalizada, muy difícil de extirpar en el momento actual.

   La ciencia es un bien de la humanidad, nos pertenece a todos, y por eso es fundamental que los científicos hagan el esfuerzo de explicarla bien y que los ciudadanos nos obliguemos a entenderla, apoyarla, analizarla de forma crítica e integrarla en nuestras vidas. Es importante que la sociedad perciba la ciencia como algo útil, necesario y en lo que se puede confiar. Sin ir más lejos, la última pandemia nos ha demostrado cómo los continuos fallos en esta comunicación pueden acabar generando un nivel de desconfianza general entre la ciudadanía y facilitando la toma de decisiones erróneas e injustificadas a cargo de las personas que teóricamente deben gobernarnos de forma adecuada.  

Pieter Bruegel el Viejo. "Extracción de la piedra de la locura"

 Una de las características principales de la ciencia es que debe ser neutral y objetiva. Sin embargo, la percepción de la ciencia por parte de los políticos puede variar según el contexto, las creencias individuales y las prioridades de cada partido. La relación entre la ciencia y la política es compleja y está sujeta a influencias múltiples y variables. De igual forma, la representación de la ciencia en los medios de comunicación juega un papel importante en la formación de la opinión pública. No es ningún secreto que algunos medios de nuestro país están excesivamente politizados. Por un lado, la cobertura que realizan puede sensacionalizar los descubrimientos científicos, buscando una mayor audiencia o simplemente mostrando una absoluta falta de rigurosidad profesional; por otro lado, es sencillo y tentador tergiversar conceptos científicos complejos, con la intención de crear malentendidos o puntos de vista distorsionados que pueden esconder intereses particulares.

   Esta problemática se ve intensificada por la, cada vez mayor, carencia de espíritu crítico que muestra gran parte de la sociedad actual. Conceptos como homeopatía, negacionismo, dietas milagro, pseudoterapias, astrología, creacionismo, terraplanismo, movimientos antivacunas y otras teorías conspiratorias son ejemplos claros de como la falta de cultura científica se encuentra fuertemente arraigada entre los ciudadanos. Aunque muchas de estas ideas acaban resultando inocuas, e incluso simpáticas, es importante destacar que estas creencias pueden tener consecuencias significativas en términos de salud, seguridad y bienestar general.

Jan Steen: La extracción de la piedra (c. 1670)

   Para abordar este problema es fundamental fomentar la cultura científica, impulsar la educación científica en todos los niveles, principalmente en las etapas de formación en escuelas e institutos y promover el pensamiento crítico, la alfabetización científica y la comprensión basada en la evidencia y la rigurosidad científica entre todos los miembros de la sociedad actual, dotando, de esta manera, a los ciudadanos de una herramienta poderosa para combatir cualquier tipo de creencia alejada de la evidencia científica. Estas herramientas y no otras representan la cirugía efectiva para eliminar las "piedras de la locura" que sufrimos en la actualidad. 

 

"Lo bueno de la ciencia es que es cierta independientemente de si crees o no en ella"

(Neil deGrasse Tyson)