Acabo de descubrir los libros de neurociencias y biología de
José Ramón Alonso, que aparte de un gran divulgador y científico, fue profesor
mío en la universidad, cuando comenzaba a dar los primeros pasos en este
mundillo de la biología. Concretamente anoche andaba con uno de los capítulos
de "Un esquimal en Nueva York y otras historias de la neurociencia"
(enserio, lo juro, no es tostón, se lee muy fácil y son historias entretenidas y
se entiende todo)
Total, que el capítulo que leía trata sobre dos de los
animales más venenosos, uno de ellos el pez globo o Fugu, que además es una de
las delicatessen culinarias más apreciadas (y peligrosas) en Japón. Estos
japoneses que son muy suyos pa´ las cosas del comer, y como no deben de conocer
las chuletas de cordero, la morcilla o el jamón serrano, pues dicen ¿y qué
comemos? pues lo más tóxico y peligroso que tengamos....
Durante el episodio 24 de la segunda temporada de mi archimencionada
serie The Simpsons (cada vez la amo más, es una fuente inagotable de biología
para usar en mis clases) titulado Un pez, dos peces, pez fugu, pez azul, los Simpson acuden a un restaurante japonés.
Uno de los platos que pide Homer es el sushi de Pez Fugu, animal que en la
realidad está categorizado como el segundo vertebrado más venenoso del planeta
después de la rana dardo dorada. El plato, es elaborado por un aprendiz y hace
pensar a Homer que ha acabado siendo envenenado, por lo que el resto del
capítulo relata sus vivencias en lo que cree ser sus últimos momentos con vida.
¿Cuánto de realidad
refleja este capítulo? Como siempre, mucha...como le digo a mis alumnos, solo
hay que saber mirarla bien y tener algo de base para comprender que lo que
creemos es una secuencia de gags de humor presumiblemente estúpido, tienen
mucho contenido que, bien analizado, aporta muchísimo.
El pez Fugu, puercoespín de mar o pez globo, en realidad es
la denominación usada para denominar a varias especies de peces de la familia
Tetraodontidae. De entre 30 y 50 cms de tamaño, el pez globo presenta una característica forma redonda y
espinosa y un curioso mecanismo de
defensa. Cuando se sienten amenazados, su piel es elástica les permite hincharse, bien de aire, bien de agua, hasta
obtener una forma esférica que multiplica varias veces su tamaño, haciendo de
este modo imposible su ingesta. Existen especies que completan su defensa con
un armazón de púas que recubren por completo su cuerpo y creando una armadura
muy eficaz contra sus depredadores.
Si esta defensa física ya les convierte en un bocado
altamente indigesto, algunas de estas especies presentan una sustancia llamada tetrodotoxina,
un potente y mortal veneno... ¿Apetecible, verdad?
La tetrodotoxina, es una potente neurotoxina capaz de bloquear los canales de sodio
de las células, produciendo la insensibilidad nerviosa y parálisis muscular.
Dentro de nuestro cuerpo, interrumpe el funcionamiento de la musculatura
responsable de la respiración, afectando a los músculos intercostales y el
diafragma y desencadenando un proceso irreversible de asfixia, que acaba por matar a la persona afectada. Además, si ya de por sí suena a tragedia, la
persona intoxicada es consciente en todo momento de lo que está
ocurriendo: A partir de los primeros
minutos se desencadenan los primeros síntomas: insensibilidad en labios y
lengua, bradicardia, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, parálisis,
convulsiones, incapacidad respiratoria y en un margen de cuatro a seis horas y
estando plenamente consciente en todo momento, la muerte por asfixia.
La presencia de esa toxina, principalmente en el hígado, los
ovarios y la piel del pez hace de este manjar uno de los más peligrosos (y por
otro lado apetecible, pues todo lo que es pecado es tentación) de la
gastronomía japonesa.
El sashimi de fugu
es uno de los platos favoritos de los japoneses y una tradición milenaria, con
este plato normalmente se acompañan las ocasiones especiales y se agasaja a una
persona importante. Los restaurantes más importantes lo ofertan en su carta y
se pelean por contar en su plantilla con chefs escrupulosamente formados para
poder cocinarlo sin poner en riesgo la salud de sus clientes, muchos de ellos
turistas que ven en este plato una mezcla de riesgo y exquisitez,
peligrosamente irresistible.
Aunque se han
encontrado ejemplares de este pez en aguas españolas, es complicado que este
ingrediente acabe por formar parte de la oferta gastronómica de nuestros
restaurantes, pues está prohibido por la normativa europea (Reglamento
853/2004). Una lástima, seguiremos pues disfrutando de los múltiples beneficios
que la dieta mediterránea asegura a nuestra salud.
Para saber más....
Un esquimal en Nueva York y otras historias de la Neurociencia. Alonso, J.R
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