lunes, 23 de junio de 2025

  En los despachos secretos de Bletchley Park, no con armas sino con lógica matemática, Alan Turing libró una de las batallas más decisivas de la Segunda Guerra Mundial. Su trabajo no solo fue un logro científico, sino un giro estratégico que debilitó al ejército nazi desde dentro. Gracias a Turing, la guerra terminó antes… y millones de vidas fueron salvadas sin que se disparara una bala.

 1. Contexto histórico

   Durante la Segunda Guerra Mundial, el dominio de la información y el control de las comunicaciones secretas fueron elementos decisivos en el curso del conflicto. El ejército nazi utilizaba una sofisticada máquina de cifrado llamada Enigma, considerada en su momento indescifrable, para coordinar sus movimientos militares, especialmente los ataques de los submarinos U-Boat en el Atlántico. La capacidad de los Aliados para interceptar esos mensajes no tenía valor real sin poder descifrarlos a tiempo.

Entrada de las tropas nazis en París, junio de 1940

Los poderosos submarinos U boat alemanes

   Es en este escenario donde entra en juego el trabajo de Alan Turing, matemático y lógico británico, quien lideró un equipo secreto de criptógrafos en Bletchley Park, el centro neurálgico de inteligencia del Reino Unido. Gracias a sus conocimientos en lógica matemática y su visión pionera sobre las máquinas computacionales, Turing diseñó un dispositivo electromecánico —antecesor conceptual del ordenador moderno— que permitió romper los códigos de Enigma de manera sistemática. Esta hazaña no solo acortó la guerra, sino que, según estimaciones de los historiadores, salvó millones de vidas y evitó años de conflicto adicional.

   El trabajo de Turing fue uno de los golpes más decisivos contra la maquinaria nazi, aunque permaneció en secreto durante décadas. Su figura, hoy reconocida como padre de la informática, representa un ejemplo clave de cómo la ciencia y la inteligencia pueden alterar el rumbo de la historia. Esta contribución no debía pasar desapercibida, por lo que era de justicia que en algún momento acabara protagonizando un gran éxito de Hollywood. 

2. Sinopsis 

   Descifrando Enigma (2014), dirigida por Morten Tyldum y protagonizada por Benedict Cumberbatch, narra la historia del matemático británico Alan Turing, una de las mentes más brillantes del siglo XX. Ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, la película sigue a Turing y a su equipo de criptógrafos en su carrera contrarreloj para descifrar los códigos de la máquina Enigma, utilizada por el ejército nazi para transmitir mensajes cifrados. A través de una trama que entrelaza tensión bélica, drama personal y dilemas éticos, el film retrata tanto la genialidad matemática de Turing como el costo humano de su lucha: desde la incomprensión de sus colegas hasta la persecución por su homosexualidad.

 

   Más allá del relato cinematográfico, Descifrando Enigma abre la puerta para reflexionar sobre las extraordinarias contribuciones de Turing a la ciencia moderna —especialmente en los campos de la computación y la inteligencia artificial— y sobre la trágica paradoja de un hombre cuya mente salvó millones de vidas, pero fue condenado por su identidad. Este artículo se propone explorar esa figura compleja: el científico, el pionero, el perseguido.

3. Alan Turing: el arquitecto de la era digital

   Alan Mathison Turing (1912–1954) fue un matemático y lógico británico cuya obra marcó un antes y un después en el desarrollo de la computación moderna. Su pensamiento visionario sentó las bases teóricas y técnicas de lo que hoy entendemos por programación, inteligencia artificial y algoritmos. 

   Nota del autor: Eso es, si a alguien tenéis que agradecer la existencia de los dispositivos móviles, redes sociales, plataformas digitales como NETFLIX, HBO, Shein, Amazon o Google Classroom (esta menos, que nos ha jodido la vida a todos) e incluso vuestro todopoderoso chat gpt, es al bueno de Alan. 

   En 1936, Turing revolucionó el mundo de las matemáticas con su artículo On Computable Numbers, donde introdujo el concepto de la máquina de Turing, un modelo teórico capaz de simular cualquier algoritmo. Esta idea no solo resolvía problemas fundamentales de la lógica matemática, sino que definía el límite de lo que es computable, convirtiéndose en el modelo conceptual sobre el que se basa toda la informática moderna.

Escena de la película

   Nota del autor: Un algoritmo es un conjunto finito y preciso de pasos estructurados que se utiliza para resolver un problema o realizar una tarea específica. Es como una receta de cocina, pero para cualquier tipo de problema, desde calcular el área de un círculo hasta encontrar la ruta más rápida en un mapa. Los algoritmos son fundamentales en informática y se utilizan para diseñar programas y sistemas que ejecutan tareas de manera eficiente

   Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing aplicó su capacidad lógica y matemática al problema práctico de descifrar los códigos alemanes generados por la máquina Enigma. En el centro de inteligencia británico de Bletchley Park, lideró el desarrollo de una máquina electromecánica conocida como bombe, diseñada para acelerar el proceso de descifrado de mensajes. Esta innovación tecnológica supuso un punto de inflexión en la guerra, al permitir interceptar información vital sobre los movimientos del enemigo.

   Finalizado el conflicto, Turing fue uno de los pioneros en la construcción de los primeros ordenadores electrónicos. Participó activamente en el diseño del ACE (Automatic Computing Engine), uno de los primeros proyectos de computadoras programables, que adelantó principios fundamentales de la arquitectura de los ordenadores actuales.

   En 1950, dio un paso más allá con una pregunta que aún hoy guía el campo de la inteligencia artificial: “¿Pueden pensar las máquinas?”. En su artículo Computing Machinery and Intelligence, propuso el Test de Turing, un criterio para determinar si una máquina puede simular el comportamiento inteligente de un ser humano. Este concepto se mantiene como una referencia central en el debate sobre las capacidades cognitivas de las máquinas.

El Test de Turing para discriminar un humano de un robot 

Nota del autor: En los últimos años, modelos de lenguaje como ChatGPT han reavivado el debate en torno al Test de Turing. Si bien estas inteligencias artificiales son capaces de mantener conversaciones coherentes, responder preguntas complejas e incluso imitar emociones humanas, su capacidad para "pensar" sigue siendo objeto de discusión. En muchos casos, ChatGPT ha logrado superar pruebas informales del Test de Turing, es decir, engañar a interlocutores humanos haciéndoles creer que están hablando con otra persona. Sin embargo, esto no significa que comprenda el mundo como lo haría una mente consciente; simplemente demuestra hasta qué punto los algoritmos actuales pueden simular el lenguaje humano con una precisión sorprendente.

   Además de sus aportaciones en lógica y computación, Turing aplicó las matemáticas a la biología, estudiando la formación de patrones en los organismos vivos. Su trabajo en morfogénesis anticipó descubrimientos en biología del desarrollo y sistemas dinámicos.

   Alan Turing no solo anticipó el futuro: lo diseñó. Su legado científico sigue siendo el pilar de disciplinas que transforman el mundo cada día, desde la programación hasta la inteligencia artificial.

Podcast de Nieves Concostrina sobre Turing

4. "Del reconocimiento al rechazo"

   A pesar de sus logros extraordinarios en el campo de la ciencia y su papel decisivo en la victoria aliada durante la Segunda Guerra Mundial, la vida de Alan Turing dio un giro amargo pocos años después. En 1952, fue denunciado por su orientación sexual, en una época en que la homosexualidad era ilegal en el Reino Unido y considerada un delito penal. Turing fue arrestado y juzgado por "indecencia grave", el mismo cargo por el que años antes habían condenado a Oscar Wilde.

Oscar Wilde

Nota del autor: El célebre escritor irlandés Oscar Wilde fue juzgado en 1895 por “indecencia grave” debido a su relación con Lord Alfred Douglas, en un momento en que la homosexualidad era criminalizada en el Reino Unido. Condenado a dos años de trabajos forzados, Wilde sufrió un duro castigo que marcó su vida y carrera, convirtiéndose en un símbolo temprano de la persecución legal contra la comunidad LGTBIQ+.

   Tras el juicio, se le ofreció una cruel elección: ingresar en prisión o someterse a un tratamiento médico para “corregir” su comportamiento. Eligió evitar la cárcel, pero el castigo no fue menos devastador. Fue obligado a someterse a un proceso de castración química, mediante inyecciones regulares de estrógenos. Este “tratamiento” le provocó efectos secundarios físicos y psicológicos severos, como impotencia, aumento de peso, pérdida de masa muscular y un deterioro profundo en su bienestar emocional.

   Además del daño físico, la condena conllevó la retirada de sus credenciales de seguridad, lo que lo apartó de los círculos científicos oficiales en un momento en que la informática comenzaba a expandirse como disciplina. Marginado profesionalmente y humillado públicamente, Turing vivió sus últimos años con un sufrimiento silenciado, en contraste doloroso con el valor incalculable de su legado.

5. La mística que rodea a un genio 

   Con el tiempo, la figura de Alan Turing ha sido rodeada de símbolos tan poderosos como su legado. Uno de los más evocadores es la imagen de una manzana mordida, el objeto con el que —según algunas versiones— acabó con su vida, inspirándose en el cuento de Blancanieves, una historia que lo había fascinado desde joven. Aunque no se ha confirmado si esa manzana contenía cianuro ni si fue un gesto deliberado, la imagen quedó grabada en la memoria colectiva. 

Nota del autor: Las pepitas de manzana contienen una sustancia llamada amigdalina, que al degradarse puede liberar cianuro, un compuesto altamente tóxico. Se ha especulado que Alan Turing pudo haber ingerido cianuro de las semillas de una manzana mordida, lo que podría haber provocado su muerte. Aunque no hay evidencia concluyente que confirme esta teoría, la imagen de la manzana en su historia ha quedado como un símbolo cargado de significado, uniendo mito y realidad en torno a la trágica figura del científico. 

La manzana envenenada de Blancanieves

   Décadas más tarde, cuando Steve Jobs fundó Apple, muchos vieron en el famoso logotipo una referencia implícita a Turing como padre de la computación. Aunque los diseñadores de la marca han negado una conexión directa, la coincidencia ha alimentado una leyenda conmovedora: la idea de que la manzana mordida no solo representa el conocimiento, sino también un homenaje silencioso al genio que imaginó las máquinas que hoy llevamos en nuestros bolsillos.

   Alan Turing encarna la paradoja entre el genio que transformó la ciencia y la injusticia que la sociedad le infligió por su identidad. Como él mismo afirmó, "A veces, las personas más inteligentes no son las que encajan mejor". Su vida y trabajo nos recuerdan que la verdadera grandeza científica no está reñida con la diversidad humana, y que las barreras sociales pueden silenciar a las mentes más brillantes. Descifrando Enigma no solo revela la hazaña técnica que cambió la historia, sino que también nos invita a reflexionar sobre la necesidad de respetar y proteger a quienes, como Turing, desafían los prejuicios para abrir camino a un futuro más justo e inclusivo. 

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